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Comienza la #Guerranarrativa

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abril 2012 Bernardo Gutierrez / Código Abierto

Guerranarrativa, sí. Con almohadilla (#), elegancia y mucha paciencia. Estamos en el punto de inflexión. No es una simple batalla de eufemismos. Es una guerra superior. Cierto: el poder-sistema sigue usando la neolengua que denuncia Ignacio Escolar. El copago sanitario es un necesario “ticket moderador”. Abaratar el despido es“flexibilizar el mercado laboral”. Pero la neolengua es parte de un entramado mayor. El cuento adulterado del 1% sigue mitificando la propiedad privada. La democracia representativa es un mal necesario. El neoliberalismo, la única opción para salir de la crisis. Descargas=piratería. Compito, luego existo.

El colectivo de escritores italianos Wu Ming aboga por usar las historias como hachas de guerra: ”La única alternativa que cabe cuando te imponen una historia es contar mil historias alternativas (…) Si una contra-narración existe, la máquina mitológica nos ayudará a construirla”. Sabemos que mienten. Sabemos que manipulan. Sabemos que traicionaron a sus pueblos. Que descuartizaron la esencia de las polis griegas. Que traicionaron la ordenanza de 1523 de su idolatrado emperador Carlos V que ensalza el procomún de las plazas públicas. Sabemos que despedazan los principios de las religiones que imponen. Sabemos que cuando los inversores de Wall Street dejaron de negociar alrededor de un árbol y construyeron un edificio para la Bolsa violaron el espíritu P2P (de tú a tú) del capitalismo. Sabemos que mienten. Que encienden farolas en los días de huelga para aumentar el consumo energético. Mienten. Descaradamente.