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15M: Apuntes sobre un movimiento en marcha

Creative commons CC BY-NC-SA (Reconocimiento/NoComercial/CompartirIgual) Artículo, publicado en papel o pdf. En Listas compartidas
2011 José Ignacio Candón Mena / Rojo y Negro (CGT)

[página 16 de la revista]

Convocados por la Plataforma Democracia Real Ya!, miles de personas se manifestaron el pasado 15 de mayo en más de 60 ciudades de todo el estado. Nacía el movimiento del 15M o de los indignados que desde entonces ha revolucionado el panoráma político. Más de tres meses antes activistas sociales y jóvenes sin experiencia política previa creaban en la red social Facebook la “Plataforma de coordinación de grupos pro-movilización ciudadana” con la intención de hacer confluir las luchas dispersas que se estaban desarrollando en la calle y en la Red contra la crisis económica y el sistema político en general.

En solo mes y medio el movimiento ha evolucionado y se ha adaptado a diversas circunstancias superando los intentos de represión tanto física como simbólica. El seguimiento de las movilizaciones y las opiniones recogidas en varias encuestas (el 64,3% siente simpatía por el 15M según Metroscopia), evidencian el apoyo mayoritario tanto al movimeinto en general como a sus propuestas principales. Los guiños desde las instituciones ponen de manifiesto que la clase política ha aceptado por fin que no tiene más remedio que hacer algunas concesiones para tratar de mantenerse a si misma. Alguno de los temas señalados por el 15M se han instalado en la agenda política y los partidos compiten ahora por proponer medidas descafeinadas pero en línea con las exigencias del movimiento, como la ampliación del límite de sueldo no embargable propuesta por Zapatero en el último debate sobre el estado de la nación. La socialdemocracia y la izquierda institucional tratan de reposicionarse como evidencia el manifiesto “Una ilusión compartida” promovido por intelectuales y artistas que previamente habían apoyado explicitamente al PSOE. El mensaje no puede ser más contradictorio; La socialdemocracia ha muerto, ¡viva la socialdemocracia!