Communitas. Origen y destino de la comunidad.
Puede afirmarse que ningún tema es tan central en el debate filosófico internacional como el de la comunidad: desde el comunitarismo americano hasta la ética de la comunicación de Habermas y Apel, y el deconstruccionismo francés de Derrida. No obstante, en ninguno de estos casos se ha examinado el concepto de comunidad a partir de su original significado etimológico: cum munus. Esto se propone Roberto Esposito, a través de una original «contra-historia» de la filosofía política, referida no sólo a la obra de Hobbes, Rousseau, Kant, Heidegger y Bataille, a quienes dedica los capítulos principales, sino también a la de Hölderlin y Nietzsche, Freud y Canetti, Arendt y Sartre. El resultado de esta extraordinaria trama conceptual y léxica es una inversión absoluta de las interpretaciones actuales de la comunidad: la idea filosófica de comunidad no se refiere a las pequeñas patrias a las que dirigen la mirada nostálgicamente los viejos y nuevos comunitarismos. La comunidad no es una propiedad, una plenitud, un territorio que se debe defender y separar de los que no son parte suya, sino un vacío, una deuda, un don (estos son los significados de munus) en relación con los otros, que nos remite a la vez a nuestra constitutiva alteridad también respecto de nosotros mismos.