Pasar a la sedición
Se ha dicho repetidamente: asistimos al desmantelamiento del Estado social. Incluso algunos intelectuales que hace años tildaban de trasnochado el discurso anticapitalista o que se burlaban de los antisistema, han tenido que rectificar viendo las consecuencias devastadoras del capitalismo y de las políticas e ideologías que lo sostienen. Es el mismo sistema que apoyaban con todos sus medios y fuerzas presentándolo como el único posible, y ahora se han quedado sin él y carecen de ningún otro que pueda sustituirlo. No saben qué es la Parecon y menos la Democracia económica, por ejemplo.
Sólo les queda el deseo de volver atrás: de reformarlo. Muchos comunistas hicieron lo mismo respecto a los llamados países del “socialismo real”. Volvieron atrás buscando un lugar no manchado por la violencia y la opresión de signo contrario al capitalismo. Pero ¿qué lugar es ese atrás? ¿Es posible empezar de nuevo?
Para salir de la barbarie actual habría que empezar por responder que no hay vuelta atrás. La sociedad que se ha movilizado desde 2008 contra las ‘consecuencias’ del capitalismo no lo ha hecho contra el ‘capitalismo’. En ese punto se ha perdido y su lucha se paraliza o se diluye en el tiempo. Se ha perdido precisamente en el punto en el que debería haber cortado con el pasado.