El hartazgo: ¡Hasta aquí hemos llegado!
El País y el diario Público o ABC los llaman ‘los indignados’. Libertad Digital los denomina ‘los manifestantes liderados por Willy Toledo’. Más allá de catalogaciones más o menos delirantes, lo que está claro es que, tras años de bucólica apatía y taimado conformismo, algo ha comenzado a moverse en la calle. El paro juvenil roza el 50%, la cifra total de desempleados supera los cuatro millones. Los mercados han establecido un escenario de consumismo masivo y, en opinión de muchos, innecesario como el único posible. Ha comenzado a cundir la sensación de que los destinos de la ciudadanía son regidos por intereses que no son elegidos por el dedo justiciero de las urnas. ¿Hemos alcanzado el estado de ‘hasta aquí hemos llegado’? Varios colectivos ciudadanos así lo creen y se han organizado para que se les escuche. Y se han dado cuenta de que la cosa ¡funciona!
En Islandia llevan algo de ventaja temporal y, sobre todo, bastante ventaja en actitud. Han dicho que por ahí no pasan, y por ahí no pasan. No se sabe dónde empieza exactamente este cuento pero, al menos en España, tiene uno de sus primeros capítulos con el rescate financiero de bancos y cajas “para garantizar la estabilidad del sistema”. En un curioso ejercicio de socialismo y generosidad, las entidades financieras aceptaron socializar las pérdidas y compartirlas con todos los ciudadanos.