Lo más interesante es que Kierkegaard significa con su desarrollo que tal deseo de posesión amorosa no es la conquista en sí, sino la satisfacción del propio ego al atrapar la presa y soltarla desconsideradamante. Es el acto de un individuo fascinado en primera instancia por la estética. El libro alterna momentos de fascinación en su aspecto de vanidad, hedonismo, autosatisfacción ególatra y engaño, con otros más lánguidos y reiterativos. "Fruto de su tormentosa relación con Regine Olsen. Pequeño tributo a la figura del seductor de la novela decimonónica, el «Diario» narra la relación entre Juan, "el seductor" -ducho en las artes del engaño y la manipulación- y la joven e ingenua Cordelia. Sin embargo, más allá de la trama literaria, abundar en la psicología del seductor no es sino un bello recurso que el filósofo danés utilizará para reflexionar sobre el "hombre estético". A saber, el hombre que atrapado por la fuerza de la inmediatez y el goce sensual vaga por la vida víctima de sus instintos y sin poder ver en lo que le rodea nada más que un medio para satisfacer sus apetencias".