Ahora, a por los ayuntamientos
Lo municipal carece de un poder económico consistente, pero tiene las ventajas de ser la institución más cercana y más susceptible de ser socializada o colonizada por las lógicas democráticas de lo social. Los ayuntamientos pueden ser palancas de pedagogía y concienciación social, apoyar el cambio social y el empoderamiento civil, e incluso pueden servir de autodefensa económica. El ejemplo de Marinaleda muestra cómo se puede construir un contrapoder efectivo desde los municipios, cómo incluso se puede desestatalizar lo municipal y ponerlo a trabajar para el bien común. Los ayuntamientos pequeños y medianos tienen competencias y atribuciones sobre la mayor parte del territorio: esta dimensión territorial es estratégica de cara a la transición hacia una economía ecológica y solidaria que urge iniciar. “La vía Marinaleda” es especialmente posible en estos ayuntamientos pequeños y medianos, en los que también es más sencilla la conexión entre las asambleas ciudadanas y las instancias municipales. Tenemos todo un repertorio de herramientas: presupuestos participativos, monedas complementarias, cooperativas de trabajo y consumo, bancos de tierras, agroecología, etc.