Pensar en Madrid
Ciudadanía organizada
Los procesos de confluencia y encuentro que están en marcha son positivos en buena medida en tanto que favorezcan procesos de fortalecimiento del tejido social y su autonomía. Si no fuera así y la perspectiva de la gestión del poder institucional, al nivel que sea, amenaza o entra en contradicción clara con el fortalecimiento de los movimientos sociales ajenos a la administración, estaremos retrocediendo enormemente. Fruto del 15M, uno de los valores indiscutibles de estos tiempos que vivimos es la afortunada presencia de activismos sociales fuertes y de una ciudadanía cada vez más y mejor organizada. El que opciones favorables a la transformación democrática de la sociedad gobiernen es importantísimo, pero no para delegar en esos gobiernos la responsabilidad de cambiar las cosas, sino para usarlos como herramientas de cambio.
Habrá que articular espacios de participación de ida y vuelta, pero también de autogobierno: puesta en marcha de proyectos concretos, articulación de redes locales de cooperación y solidaridad... Algunos ya existen y otros habrá que plantearlos. No tenemos que esperar para poner en marcha un proceso constituyente desde abajo. Está en juego la posibilidad de alcanzar la democracia, nada menos, que en Madrid. Como dicen los zapatistas: “¿Tomar el poder? Apenas algo más difícil, construir un mundo nuevo”.