El ágora virtual convive con la plaza analógica
“Acabamos de acampar en la Puerta del Sol de Madrid, no nos vamos hasta que lleguemos a un acuerdo. #acampadaSol”. Es el primer post del twitter recién creado desde el corazón del kilómetro 0 en la madrugada del 15 de mayo. Lo teclea Dani, uno de los primeros hacktivistas de Sol. Horas más tarde, el móvil desde el que emite esta señal al ciberespacio se queda sin batería. Pero la señal está prendida. A la mañana siguiente del primer post ya hay 1.600 seguidoras. “El tercer día, Twitter era un altavoz por el que hablabas al mundo entero. Decías algo y veías cómo se replicaba por todos los continentes a una velocidad alucinante”, explica Dani extasiado en el intervalo que le dejan múltiples llamadas. (Sigue leyendo en link de descarga)