
La caza del Snark

1876/1982
Lewis Carroll
/ Edición de M. E. Frutos y X. Laborda Barcelona, Mascarón.
Caminaba por una ladera, solo, un día luminoso de verano, cuando se me ocurrió un verso, un único verso: El snark era un búcham¸ como bien suponéis. Entonces no sabía lo que significaba; pero lo anoté. Y, algún tiempo después, se me ocurrió el resto de la estrofa, de la cual el verso mencionado resultó ser el último. Y así, paulatinamente, en momentos de ocio de los dos años siguientes, el resto del poema fue encajando hasta completarse, y la estrofa en cuestión fue la última.
¿Lo quieres? ¡Lo tienes!